CREACIÓN LITERARIA

   "No basta un polo eléctrico para provocar una chispa, hacen falta dos.                                                                           
  No hay vida donde no hay lucha." Gianni Rodari.   





Creación en prosa

Para el taller de creación literaria me gustaría utilizar el famoso método del binomio fantástico. 
Me parece una estrategia maravillosa que favorece de manera muy positiva la creatividad y libertad de pensamiento de cada niño.
Como Henry Wallon afirma, el pensamiento se produce en parejas: «El elemento fundamental del pensamiento es esta estructura binaria y no cada uno de los elementos que la componen. La pareja, el par son elementos anteriores al concepto aislado.»
La teoría del pensamiento en parejas viene dado de la teoría de que las palabras se nos forman en la cabeza de dos en dos. Un ejemplo es que si mencionamos la palabra “negro”, automáticamente pensamos en su pareja contraria,  “blanco”. No necesariamente se juega por contrarios, y cada persona puede extraer palabras distintas, si pensamos en la palabra “lluvia”, se puede pensar automáticamente en “sol”, “charcos”, “nubes”, “chubasquero”. 
La idea es la asociación de un elemento a otro por pares.
En el caso de blaco/negro, no se trataría de un verdadero binomio fantástico, al estar relacionadas estrechamente las palabras al formar parte de una misma familia, al ser el opuesto o al estar relacionadas en un mismo campo.
Cuando tratamos un binomio fantástico debemos procurar alejar lo más posible una palabra de otra. Un ejemplo sería proponer África y pingüino.
A partir de estas dos palabras tan dispares y difíciles de relacionar, se puede crear una historia fantástica y única.
A la hora de una creación literaria, este método es un pilar muy importante de desarrollo individual.

-     Propuesta en el aula del Binomio Fantástico
Aunque este método podría realizarse en cualquier curso de educación primaria, me gustaría situar esta actividad en un curso medio, en este caso desarrollaré la actividad en un 3º de EP.
Mediante esta técnica se tratará de favorecer la creatividad narrativa de los alumnos y su capacidad descriptiva, al tener que explicar cada uno de los elementos de la historia según su inventiva. Escogeremos al azar dos alumnos y les pediremos que escriban en un papel y de manera oculta a su compañero una palabra que les venga a la mente. La idea es que sean lo menos relacionables una de la otra y cuando más disparatada mejor.
Supongamos que las palabras seleccionadas son las del anterior ejemplo: África y pingüino. 
La primera tarea es buscar un título apropiado mediante una serie de preposiciones adecuadas. Se creará una lluvia de ideas entre los alumnos y elegiremos el título que de más juego a nuestra historia.

-          El pingüino en África.
-          Un pingüino hacia África
-          Un pingüino para África.
-          África necesita pingüinos.

La idea es escoger el título más apropiado según su significado. Así mismo se puede personificar  la palabra África, como nombre niña, o como continente.
La votación común nos ofrece como resultado “Un pingüino hacia África”. Nuestra historia funcionará en base a ese título, del cual se puede sobre entender que nuestro cuento girará en torno a un pingüino que quiere llegar hasta el continente, con todas sus aventuras como eje de la historia.
La actividad propuesta trata de desarrollar también la expresión tanto oral como escrita, es por ello que el profesor, conjuntamente a sus alumnos propondrá un principio para la historia y a raíz de esa introducción, cada alumno continuará una personalizada de manera escrita.
La idea es que no tenga una extensión muy exagerada, para que no se salgan del contexto, pero que tenga un mínimo de páginas para que la historia pueda desarrollarse.

“Un pingüino hacia África”
Érase una vez un pingüino de los que viven en la Antártida. Era como todos los demás, blanco y negro, pero tenía una gran diferencia en comparación a sus compañeros: nuestro querido pingüino odiaba el frío.

A partir de la introducción propuesta, cada alumno desarrollará su propia historia que posteriormente compartirá de manera oral con sus compañeros. A continuación os ofrezco un ejemplo de las aventuras del pingüino friolero.

Se pasaba el día envuelto en mantas, muy cerquita de la estufa de su sala de estar.
Miraba por la ventana como sus compañeros se divertían patinando sobre sus largas aletas sobre el glaciar helado, o haciendo una guerra de bolas de nieve.
Al pobre pingüino le recorría un escalofrío la espalda solo de observarlos y se le ponía la piel como a sus primos: ¡de gallina!
Un día muy frío, el más frío de lo que llevaban de invierno, el pingüino de nuestra historia sintonizó el Discovery Channel, donde estaban ofreciendo una programación sobre África, un lugar muy muy lejano, donde no había ni un solo copo de nieve, únicamente toneladas de arena y pequeños charcos de agua. Los animales que allí vivían eran muy distintos a los que acostumbraba ver por su zona. 
Había un animal enorme, con un pico muy raro y largo por el que recogía agua de uno de esos charcos y lo lanzaba hacia arriba para ducharse.
Otro llevaba puesto un traje muy parecido al suyo, sólo que en vez de parecer un frac, era de rayas, ¡y le resultó muy original!
También apareció otro animal sumamente extraño. Tenía un cuello larguísimo, tanto que le hacía ser tan alto como los árboles de la zona.
Pero lo más importante de África era el inmenso y cálido sol que cubría el continente.
-¡Normal que los animales de allí tengan el cuello tan largo, debe ser para estar más cerca de ese sol tan maravilloso!- exclamó.
Se asomó a la puerta de su casa y comprobó el termómetro: -25ºC y del susto se le congeló un moco que había comenzado a descender por su pico.
-¡Qué rollo de frío! ¡Me marcho a África a tumbarme sobre su cálida arena!
Y ni corto ni perezoso preparó la mochila (tres tuppers con pescados frescos, unas bermudas y la crema solar) y comenzó su marcha hacia el nuevo continente.
El pingüino tomo su citroën barco y comenzó su viaje rumbo a África.
Su primer día de viaje no fue muy emocionante, glaciares y glaciares, pero él no sentía ni un grado menos de frío invierno. Por la noche, una tormenta le sorprendió mientras cenaba uno de sus pescados y comenzó a sacudir el pequeño citroën barco.
¡Qué miedo pasó el pobre! ¡Pensó que iba a naufragar!
Por la mañana temprano el mar quedó en calma y nuestro protagonista se asomó a la ventana: ¡los glaciares habían desaparecido! Pero el sol se escondía tras inmensos nubarrones trasladados a toda velocidad por un viento terrible.
Sin embargo el pingüino dejó de sentir el frío que le calaba hasta los huesos, y con eso se contentó.
Bajó del citroën barco, que estaba hecho polvo y pisó la fina arena de la playa.
-Creo…creo que me estoy derritiendo…- pensó el pobre al ver su brillante cuerpo bañado en sudor y humedad. –No imaginaba para nada así el clima de África.
De repente un ser desconocido le asaltó por el camino.
-Radio taxi a su servicio, le ofrecemos una amplia gama de comodidades a un precio inigualable. La tarifa asciende a partir de los 500 saltos.
El pingüino lo observaba “piquiabierto”, ese animal no se parecía a ninguno de los que había visto en el documental. Tenía largas patas, mucho pelo y una mochila por delante, como los turistas.
-¿Qué eres tú?- preguntó extrañado
-¿Qué soy? Soy su taxista Arturo, taxi-canguro y le llevaré donde desee visitar aquí, en Australia.

¿AUSTRALIA? ¡Madre mía! El temporal había desviado muchos km a nuestro pequeño protagonista.

-¿Podrías llevarme a África en tu taxi-canguro? –Le preguntó tímidamente.
-¿África? Eso se sale de nuestra tarifa oficial señor…¿ornitorrinco? Pero puedo dejarle todo lo cerca posible, suba a bordo.
El pingüino no entendió cómo lo había llamado pero subió a su mochila y se relajó. Se estaba realmente calentito allí dentro.
Arturo le dejó en el puerto y, tras darle las indicaciones para llevar a su ansiado África, se despidió cordialmente llamándole de nuevo ese nombre tan extraño.
El pingüino compró un billete de barco y se dispuso a soñar con sus compañero de pijama a rayas.
-Seguro que me enseñan a recolocar mi fondo de armario.-pensó para sí mismo mientras cerraba los ojos.
El brrullo del barco le despertó, ¡había llegado a África!
Bajó entusiasmado del barco y una bofetada como de mil estufas como las de su casa le golpeó duramente hasta las patas. Apenas podía entre abrir los ojos de la claridad que allí había.
El suelo ardía y se moría por beber algo. Se acercó a un puesto de refrigerios y un animal verde y resecó le atendió. Al abrir la boca para saludar a nuestro amigo ¡casi le mata de un infarto! Pues estaba plagada de afilados dientes enormes.
El pingüino le pidió una lata de bebida que el cocodrilo abrió con su enorme boca y le pregunto dónde podría conseguir un taxi-canguro que le llevase hasta las amplias dunas de dorada arena y la charca de fresca agua.
El extrañó animal le miró pensativo y rascándose el largo morro.
-¿Taxi-canguro? Ni idea, pero allí mismo podrá solicitar un avest-bús que le llevará directo a su destino.
El pingüino se dirigió todo lo rápido que sus pequeñas patitas le permitían hasta la cola del avest-bús.
Justo cuando era su turno, un animal enorme, dorado como la playa y con un pelo digno de un anuncio de Pantene se le adelantó.
-Disculpa enano, aquí yo soy el rey, y digo que paso primero.
-Perdóneme su majestad. –le contestó extrañado el pingüino y esperó al siguiente.
Por fin le tocó su turno, y un familiar de su rama, menos resbaladizo que él le llevó hasta su ansiado destino.
Nada más pisar el suelo de nuevo, volvió a recordar lo caliente que estaba, ¡sus patitas de goma no podían soportarlo! Y ese terrible calor de mil estufas… le hacían brillar como nunca…
Pero lo había logrado, estaba en África.
Se puso medio bote de crema solar y se tumbó en la cálida arena. Por allí paseaban varios de esos animales con el pico muy largo y unas orejas enormes.
El pingüino al borde de la deshidratación les pidió a gritos que le rociasen con su pico-manguera, pero ellos, caso omiso, siguieron adelante.
-Para tener esas orejotas, hay que ver lo mal que oyen. – exclamó un poco enojado ya por todos los inconvenientes sufridos en su viaje.
De pronto, sus primos los que van a rayas se acercaron a beber de la charca. El pingüino se acercó, seguro que un look más actual le haría sentir mejor.
-Hola colegas, vengo de muy muy lejos y me encantaría que me enseñaseis a vestir igual que vosotros.
Los primos rompieron a reír a carcajadas al ver su tono de piel rojo-tomate-maduro y se alejaron.
De repente el pingüino recordó su glaciar congelado, donde no le duelen las patas, y su tobogán de hielo que le lleva directo a la pista de patinaje y deseó volver a casa.
Sobrevolando la zona, vislumbró la sombra de un ave muy hermosa que se dirigía a la charca a repostar.
El pingüino, temeroso de otro rechazo, se acercó cuidadosamente.
-Hola, soy un pingüino procedente de la Antártida y estoy un poco perdido y muy muy acalorado. –Le saludó
-¡Hola amigo! Yo soy un jabirú, no estoy perdido pero si muerto de calor, no soporto África. ¿Has dicho que eres de la Antártida? Se debe estar de lujo con ese fresquito.¡Ya sé! Emprenderé el vuelo y me daré unas vacaciones por tu zona, podemos ser compañeros de viaje.
El pingüino acepto en el acto y subió en ese jabirú tan simpático. Por el camino fueron poniéndose al día y explicándose las ventajas de vivir en un sitio u otro.
Cuando por fin llegaron a casa, el jabirú tenía hasta la punta del pico congelada, sus plumas estaban cubiertas de escarcha y le temblaban las patitas.
-Bueno amigo, creo que mi visita ha concluido, yo me vuelvo para África, pues este frío es insoportable para mí. ¡Hasta la vista!
El pingüino miró a su alrededor y vió a sus compañeros librando una batalla de bolas de nieve, Sin pensárselo dos veces corrió hacia ellos y rodó colina abajo. Sus patitas estaban frescas y su piel dejó de brillar por deshidratación.
El resto de pingüinos miraron asombrados a su compañero, el friolero pingüino que nunca salía de casa.
Él sonriendo les dijo:
-Conocer mundo está muy bien, pero como en casa, en ningún sitio.
Y vivió feliz en el exterior (siempre con bufanda) y comió mucho pescado fresco.

Creación en verso

Para el taller de creación de verso, ante todo, el profesor deberá explicar que no todas las poesías deben rimar. El verso va más allá, consiste en expresar sentimientos y emociones.
Para la propuesta en el aula, estimularemos su capacidad creativo-poética mediante el método de “poema de preguntas”.
Este método consiste en realizar una serie de preguntas con misma base repetitiva organizadas por pares. Tras cada pregunta se realizará su respuesta correspondiente.
No es necesario rimar, aunque puede hacerse, siempre según el criterio e imaginación de cada niño.
Este taller voy a enfocarlo a 1º de EP y vamos a trabajar los mismos aspectos significativos que en el taller de la creación en prosa.
Necesitamos un tema para la creación en verso, ya que la idea es crear con los alumnos un libro con el verso de cada uno de ellos. Gracias a este formato, facilitaremos que los alumnos lean su propia obra y la de los compañeros en el aula, y además se llevarán un precioso recuerdo de su primera obra en verso para releerlo siempre que quieran.
El tema que vamos a desarrollar es la búsqueda de un objeto, en este caso, “mi osito de peluche
La pregunta base será “¿Estará mi osito de peluche en ______________?”
En este caso, será el profesor el que provea de una pregunta base, debido al nivel del curso. A partir de ahí cada niño buscará su osito de peluche a través de toda la casa, mencionando objetos y describiendo situaciones.

¿Dónde está mi osito de peluche?

¿Estará mi osito de peluche en la bañera?
No, allí está papá dejándose bien limpio.
¿Estará mi osito de peluche en la cocina?
No, allí merienda el abuelo un vaso de leche.
¿Estará mi osito de peluche tras la cortina?
No, allí solo juega Pipo con su hueso.
¿Estará mi osito de peluche en el balcón?
No, allí está mamá regando las plantas.
¿Estará mi osito de peluche en el armario?
No, allí está mi ropa y dos polillas.
¿Dónde estará mi osito de peluche?
En el mejor sitio que pueda imaginar.


 Creación dramática

Mediante el taller de creación dramática, se desarrollará un teatro basado en el "método de los conjuros. "
Este método consiste en realizar un conjuro ficticio para una situación en concreto.
Para nuestro pequeño teatro simularemos un conjuro para que deje de llover y poder asistir a una ansiada excursión escolar.


“¡Que no llueva, que no llueva!”

(Sobre el escenario un grupo de niños con gesto intranquilo, cuchichean entre ellos y hacen gestos nerviosos. De fondo ruido de lluvia.)

ANA: ¡Qué desgracia! ¡Qué mala pata! ¡Qué torrencial!
JAVI: Deja de lamentarte Ana, la lluvia no tiene pinta de parar, y ya sabéis lo que eso significa…
TODOS: ¡Mañana no habrá excursión al campo!
LARA: Con las ganas que teníamos de ir…
(Suspiran abatidos. De repente entra JAIME a escena, con la cara iluminada y sonriendo.)
JAIME: ¡Amigos y amigas! Tengo la solución a nuestro problema: Realizaremos un conjuro para que deje de llover.
ANA: ¿Nos tomas el pelo?
LARA: Algo así no funcionaría.
JAVI: ¡Estás loco, Jaime! Eso solo funciona en las películas.
JAIME: ¿Tenéis una idea mejor? Claro que no, así que todos a pensar cómo podemos formularlo.
ANA: Por inténtalo que no quede. ¿Cómo podría empezar?
LARA: Se me ocurre una idea, ¿verdad que cuando queremos que llueva cantamos “que llueva, que llueva, la virgen de la cueva”?
JAVI: ¡Ya sé por dónde vas, Lara! Lo cantaremos a la inversa, es decir, al revés.
LARA: ¡Exacto, Javi! “que no llueva, que no llueva”…
JAIME: “olvidemos el paraguas”
ANA: “que no caiga ni una gota”
LARA: “ni una gotita de agua”
TODOS: ECHUPÁ, ECHUPÁ…
(Risas)
LARA: “En el cielo el sol está”
ANA: ¡Bien chicos, ha quedado genial!
JAVI: Lo mejor de todo es que parece que ha amainado un poco la lluvia.
JAIME: Cantémosla todos juntos de nuevo.
LARA: Eso, eso, ¡a pleno pulmón!
TODOS: “Que no llueva, que no llueva,
                   olvidemos el paraguas,
                   que no caiga ni una gota,
                   ni una gotita de agua,
                   ECHUPÁ, ECHUPÁ,
                   en el cielo el sol está”
(Para el sonido de la lluvia y una luz ilumina el escenario. El sol ha salido. Los niños ríen felices y alborotados.)


 LIBRO CREACIÓN EN VERSO

A continuación os mostraré la actividad de la creación del libro para el alumno. En mi caso, la he realizado con mi sobrina Julia, de 5 años.
Además de la creación en verso que he escrito yo, debido a su dificultad aún en el campo de la escritura, le he proporcionado pegatinas y hemos realizado las ilustraciones entre las dos.
Además, el formato del libro es de levantar pestañas, y fabricarlas y ver cómo funcionan es algo que le ha entusiasmado.
He escogido el tema de un nuevo hermanito o hermanita, debido a que muchos niños puedes encontrarse en esa situación, como mi sobrina que tiene una hermana pequeña de un año.
Ella misma ha comparado el libro con situaciones en las que su hermana Berta,le coge juguetes y ella paciente se los presta ("menos cuando son muy pequeñitos por si se los traga, por eso siempre la vigilo y cuido mucho")







 















Comentarios

  1. Perfecto. El libro te ha quedado muy chulo :)

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